Si miramos el diccionario de latín y buscamos las palabras ‘luci‘ y ‘fuge‘ el resultado es claro y conciso, ausencia de luz, es decir oscuridad, que sin dar muchas pistas más podemos intuir de que palo irá la banda … ! Enhorabuena¡, respuesta correcta, hablamos del género del metal y de la adoración de demonios y demás seres malignos, propios de nuestras más agonizantes pesadillas.
Lucifuge son de Bremen, ciudad fría del norte de Alemania, y su andadura en estos mundos del azufre viene dada desde al año 2016. Su estilo lo podríamos englobar en el black metal de vieja escuela, aunque sus afiladas guitarras se adentran muchas veces en el speed, todo ello englobado en una producción perfecta dentro del estilo, la cual suena a grabaciones hechas en los 80’s de bandas como Venom, Death Angel, Whiplash y demás colegas de profesión.
El impacto que me ha creado la audición de «Infernal Power» es de esos que hacen huella. Su escucha me ha transportado de inmediato a tiempos de adolescencia donde el metal era parte de la energía vital del día a día y donde la escucha de un disco de una banda que no conocías era algo muy importante. El saber de ella y después poder comentarlo a los colegas para grabarles una cinta de K7 es algo que pasó y en muchas ocasiones se echa de menos en estos tiempos de la inmediatez y el borreguismo musical multiplicado exponencialmente por no sé cuanto …
Dicho esto, Lucifuge es medicina apta para cualquier fan del metal rápido y afilado, así que si un día necesitas darte pilas, ponte a todo trapo este artefacto musical y tu cuerpo y alma te lo agradecerá. Nunca el alzar el brazo con los cuernos fue algo tan natural.